Autoaprendizaje: Cómo automotivarse
Uno de los temas que más me interesan es el aprendizaje autónomo, tanto en mi rol de docente como en mi perfil de persona autodidacta.
Disfruto mucho cuando me enseñan, pero todavía más cuando aprendo por mí misma.
La RAE no contempla aún el término autoaprendizaje, aunque nos venda oficialmente su DVD de fonética y fonología como una herramienta multimedia especialmente pensada para la enseñanza y el autoaprendizaje.
Tomo pues esta definición:
«Consiste en aprender mediante la búsqueda individual de la información y la realización también individual de prácticas o experimentos. A una persona que aprende por sí misma se la llama autodidacta.»
Para llevar a cabo estas prácticas y aprender autónomamente es necesaria mucha fuerza de voluntad, y eso sólo se consigue con motivación. Si no hay suficiente, indefectiblemente llegará el autoboicot. A menor motivación, mayor autoboicot. Yo definiría esto como la obstrucción del avance infligido por alguien hacia sí mismo.
Piensa constantemente en tu meta
El aprendizaje significativo requiere pasión y energía, así que recuérdate constantemente tu meta: la razón por la que has decidido aprender ese algo que puede ser un fin en sí mismo o un medio para acercarte a tu objetivo. Es importante que sepas diferenciar un medio de un fin. Si te dices a ti mismo/a: Mi objetivo para 2015 es aprender inglés, pero en realidad lo estás haciendo porque necesitas el idioma para acceder a un master o promocionar en tu trabajo, no vas a obtener la motivación para estudiar. Si el inglés es un medio, es un medio. Tú piensa en tu objetivo final y en el inglés como esa herramienta que te va a catapultar hacia él.
Ten muy claro lo que quieres
Lo ambiguo paraliza. Muchas veces no avanzamos sencillamente porque no sabemos hacia dónde ir. Si nuestra meta no está planteada en términos claros daremos palos de ciego y nos dará pereza emprender cualquier acción porque no seremos capaces de ver hacia dónde nos llevará y ni si quiera sabremos determinar cuándo la acción ha sido concluida. Supongamos que estamos buscando trabajo, de lo que sea, y consideramos que nuestro currículo es un poco pobre. Nos apuntamos a cursos de idiomas, de informática y a tropecientos MOOCs.
¿Cuál es la finalidad? ¿Engordar el CV? ¿Encontrar trabajo? ¿De qué? ¿Hacer contactos? ¿Mantenernos ocupados para no hacer lo que realmente habría que hacer?
Planifica
Las grandes gestas resultan abrumadoras. Divide la gran tarea en pequeñas acciones concretas y planea cuándo las llevarás a cabo.
Y sí, la teoría es muy bonita pero a veces necesitamos que nos pongan las pilas cuando la voluntad flaquea, y como todo es auto, no queda más remedio que autoflagelarnos.
Cuando te pongas a hacer cualquier cosa, plantéate estas cuestiones:
«¿Lo que estoy haciendo ahora mismo es más importante que lo que había planificado hacer hoy?»
«¿Lo que estoy haciendo ahora mismo me aproxima a mi objetivo?»
Si eres honesto contigo mismo y de verdad quieres aprender aquello que tú decidiste, la motivación llegará.